Pity Álvarez: pidieron su sobreseimiento y que sea internado en una clínica psiquiátrica

Está acusado por asesinato. Según su defensa, no puede estar en juicio, ni comprender la criminalidad de sus actos, ni hay certeza de que su cuadro mental sea reversible.

La defensa del músico Cristian «Pity» Álvarez, quien debía comenzar a ser juzgado por el crimen de un vecino en 2018 en el barrio de Villa Lugano, pidió su sobreseimiento y que continúe un tratamiento en una clínica psiquiátrica, al argumentar que en base los peritajes a los que fue sometido, no puede estar en juicio, ni comprender la criminalidad de sus actos, ni hay certeza de que su cuadro mental sea reversible.

Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que el planteo fue formulado por el defensor oficial Javier Marino ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29, que recibió la semana pasada un informe del Cuerpo Médico Forense (CMF) que concluía que las facultades mentales de Álvarez (48) «no encuadran dentro de los parámetros considerados como normales” y que el “estrés” de un juicio agravaría su condición.

En función de esos peritajes, Marino sostuvo en un escrito -al que accedió Télam-, que “el causante no se encuentra en condiciones de estar en juicio, también que ha sufrido un deterioro cognitivo, que tiene un estado de depresión, y que cuenta en su historial con la profusa ingesta de sustancias tóxicas desde la adolescencia, y por más de 35 años, con el deterioro que ello le hubiere causado a su organismo”.

También afirmó que Álvarez “no cuenta con la capacidad necesaria como para comprender el alcance de los actos que se le imputan” y por ello no sólo pidió que los sobresean en la causa del homicidio sino que “el temperamento liberatorio debe abarcar la totalidad de las imputaciones contenidas en los requerimientos de elevación a juicio formulados”.

Para Marino, “en estas condiciones no puede dejarse al causante privado de la libertad sin posibilidad de tener juicio, y con su estado mental y situación de salud deteriorándose progresivamente”, recordó que Álvarez va cumplir en julio el plazo máximo de tres años para una prisión preventiva y solicitó que con su defendido “debe seguirse un temperamento humanitario”.

El defensor afirmó que el cantante y guitarrista “no tiene posibilidad de ser juzgado, pero tampoco existe certeza en punto a que el cuadro pueda ser reversible, menos aún el tiempo para ello”.

Por eso, mencionando garantías constitucionales y la Ley de Salud Mental 26.657, el defensor planteó como solución “el apartamiento de la justicia penal de la presente causa y la solicitud a la justicia civil para que determine, de ser necesario, una internación en una institución que asegure un tratamiento interdisciplinario”.

En ese sentido, Marino le informo al tribunal que Cristina Congiú, la madre de “Pity”, “se ha comprometido a brindar su colaboración total” y sugirió internar a su hijo en la clínica Dharma del barrio porteño de Boedo, donde Álvarez ya fue paciente y posee cobertura de obra social.

Para el defensor, debe dictarse el sobreseimiento «por falta de capacidad de culpabilidad», al explicar que «Álvarez no estaba disponible para el llamado de atención de la norma» y consideró que «constituye, sostener el encierro, un trato cruel e inhumano, convencional y constitucionalmente prohibido».

Voceros judiciales indicaron a Télam que antes de emitir una resolución, el TOC 29 ya le corrió vista al fiscal de juicio, Sandro Abraldes, quien deberá contestar el planteo.

Álvarez se encuentra alojado en el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma) del penal de Ezeiza.

El hecho por el que el excantante, guitarrista y compositor de las bandas de rock Viejas Locas e Intoxicados está acusado ocurrió el 12 de julio de 2018 a la 1.30 frente a la puerta de acceso a la Torre 12 B del barrio Samoré, en Dellepiane Sur y avenida Escalada, de Villa Lugano.

Según la acusación, Álvarez salió de allí junto a su novia y de repente se acercó a ellos Cristian Maximiliano Díaz (36), alias «Gringo», un conocido del barrio con quien comenzó a discutir.

Según lo que reconstruyó el juez de instrucción Martín Yadarola, esa discusión fue porque la víctima le recriminó a «Pity» andar diciendo que él le había robado unas pertenencias de una mochila.

Testigos afirmaron que Díaz empujó e intentó pegarle a «Pity», momento en que éste extrajo una pistola calibre .25 y le efectuó a la víctima un primer tiro en la cara y luego lo remató de otros tres.

Poco después, Álvarez abordó con su novia a un Volkswagen Polo y a los pocos metros le pidió a la joven que arrojara la pistola en una alcantarilla de la colectora de Dellepiane Sur y desde allí, ambos fueron al local bailable «Pinar de Rocha» de Ramos Mejía.

Álvarez estuvo casi un día prófugo hasta que el 13 de julio de 2018 se entregó en la comisaría 52, único momento en el que se refirió al hecho cuando le dijo a la prensa: «Lo maté porque era él o yo. Y creo que cualquier animal haría lo mismo».

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