La próxima semana llegará a Buenos Aires la generala del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Jane Richardson, para intentar frenar las negociaciones avanzadas con la potencia asiática que intenta vender su material militar a la Argentina.
A pesar que la Argentina se encuentra desarmada, principalmente, en equipamiento aéreo que incluye aviones tipo cazas, fundamentales para cualquier estrategia defensiva y de custodia del espacio aéreo nacional, el Presidente, Alberto Fernández, fue categórico al señalar al Financial Times, en diciembre pasado, que “el reequipamiento no es una prioridad” ante los graves problemas que sociales que afronta la Nación.
Sin embargo, el ministro de Defensa Jorge Taiana ha reconocido el grave problema de la obsolescencia del material bélico nacional y relativizó la frase del primer mandatario señalando que “las incorporaciones deberán tener financiamiento externo” y, en ese contexto, las posibles importaciones de jets supersónicos deberán contar no sólo con las características técnicas que la Fuerza Aérea requiera sino también con facilidades a la hora de pagar por las aeronaves militares que se adquirirán.
Si bien, analistas militares tienen sus dudas acerca de la capacidad de maniobra de una administración que, en la actualidad, posee un bajo nivel de popularidad y que, según numerosas encuestas, podría dejar el poder a partir del próximo 11 de diciembre, el ministro del área de defensa se ha mostrado muy activo en reuniones tanto con dirigentes de la potencia asiática como con representantes legislativos y militares de los Estados Unidos.
En esas reuniones llevadas a cabo recientemente, la más provechosa fue la que se realizó con los representantes de Beijing, teniendo en cuenta la financiación que podría ofrecer el gobierno de Xi Jinping con tal que la Argentina sea la puerta de ingreso a Latinoamérica de sus cazas, en una región que, tradicionalmente, adquiere material bélico de los países miembros de la OTAN.
La reunión que sostuvo Taina con las autoridades de la Administración Estatal para la Ciencia, Tecnología y la industria de la Defensa Nacional de China (SASTIND) precede a la que se realizará, en breve, entre el Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier General Xavier Isaac, con los directivos de CATIC (China National Aero-Technology Import & Export Corporation) que ofrecerán los cazas FC-1 Xiaolong; denominación de los JF-17 Thunder estadounidenses fabricados por la industria china.
La oferta del gigante asiático es más tentadora cuando se analiza que China suele ofrecer generosas herramientas de financiación con tal de expandir su influencia en una parte del mundo que, por décadas, dominó la diplomacia y el comercio estadounidense.
Una financiación similar a la que China ofreció al gobierno de Pakistán para que éste adquiriera los cazas J-10C.
Según documentos filtrados a la prensa occidental, el acuerdo entre los gobiernos de Pakistán, nación que se encuentra en permanente conflicto con India, para equipar a los escuadrones de su fuerza aérea, con 25 unidades del caza J-10C se concretó con un préstamo otorgado con una tasa del 4,15% de interés.
Una política de Beijing practicada con naciones de Medio Oriente, como Emiratos Árabes Unidos (EAU), a los que les vendió entrenadores avanzados con importantes facilidades de pago y con tasas de interés preferenciales.
Además, el paquete ofertado a la Argentina incluye armamento para el jet, así como la posibilidad de transferencia de tecnología.
Estas oportunidades son las que han puesto en alerta a la diplomacia estadounidense que ha llevado a un desfile de autoridades de ese país para intentar avanzar con la venta de los cazas dinamarqueses F-16 Fighting Falcon.
La negociación por los F-16 daneses que cuenta con el apoyo de la diplomacia norteamericana se estancó en los últimos meses por la invasión de Rusia a Ucrania y el pedido por armamento de las autoridades del país agredido por Putin.
En ese contexto el ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Pouslen, sostuvo que está evaluando la posibilidad de donar sus cazas al gobierno ucraniano de Volodímir Zelensky en vez de avanzar en una negociación con el Estado argentino.
Fuente: NA