En Lausana se acaba de descubrir un anticuerpo muy potente para combatir todas las variantes del SARS-CoV-2, incluida la Delta. Los ensayos clínicos del fármaco deberían comenzar a finales de 2022.
Una interesante opción de tratamiento preventivo en personas de riesgo no vacunadas o para personas vacunadas que no pueden producir una respuesta inmunitaria es el potente anticuerpo descubierto por científicos del Hospital Universitario de Lausana y de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), según la sección Salud de Europa Press.
Los ensayos de laboratorio demostraron que proporciona protección a todas las variantes de interés identificadas hasta la fecha, incluida la Delta, las cuales podrían ser neutralizadas durante un máximo de 3-4 semanas, que se podrían extender a 4-6 meses,
Abarca a los pacientes inmunodeprimidos, los receptores de trasplantes de órganos y los que padecen ciertos tipos de cáncer, quienes podrían estar protegidos contra el SRAS-CoV-2 recibiendo inyecciones de anticuerpos dos o tres veces al año.
Consorcio para el desarrollo
Los investigadores planean ahora aprovechar estos resultados en asociación con una empresa emergente que llevará a cabo el desarrollo clínico y la producción del fármaco con anticuerpos, mediante acuerdos de cooperación y propiedad intelectual.
Los ensayos clínicos del fármaco deberían comenzar a finales de 2022.
Este potente anticuerpo monoclonal se dirige a la proteína de espiga del SARS-CoV-2, cuya identificación fue publicada en la revista ‘Cell Reports», y detiene el proceso de replicación viral, lo que permite al sistema inmunitario del paciente eliminar el SARS-CoV-2 del organismo.
El mecanismo protector se desarrolló a través de pruebas en vivo en hámsters: los ejemplares a los que se administró el anticuerpo quedaron protegidos contra la infección, incluso después de recibir una dosis altamente infecciosa.
El nuevo anticuerpo está diseñado para tener un efecto duradero en los seres humanos, además de las propiedades antivirales que posee.
Se encuentra unido a una zona que no está sometida a mutaciones de la proteína de espiga y por lo tanto bloquea la unión de la proteína de la espiga a las células que expresan el receptor ACE2, que es el receptor que el virus utiliza para entrar e infectar las células pulmonares.
En los ensayos se lo aisló a partir de linfocitos de pacientes de Covid-19 inscritos en el estudio ‘ImmunoCoV’, que lleva a cabo el Servicio de Inmunología y Alergia del Hospital Universitario de Lausana.
Fuente: NA